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La adolescencia es una etapa peculiar. El adolescente ya no es un niño pero tampoco un adulto, aunque está en camino de serlo. Es la llamada "edad del pavo" que podemos definir también como una gran crisis vital donde todo está en el aire y por construir. 

 

El malestar del adolescente suele experimentarse a lo grande, pero suele tener un sentido de fondo. En esta etapa la introducción en el mundo de las relaciones sociales y la sexualidad en su término amplio a menudo pueden plantear problemas y un enorme sufrimiento. Los estudios suelen pasar a un segundo plano puesto que el adolescente bastante tiene ya con intentar saber quién es o hacia dónde va. A menudo tampoco se dedicen sobre si continuar estudiando o trabajar, o  a qué dedicar su vida. Suelen vivir en un presente continuo, sin atender demasiado a las futuras consecuencias. La sociedad no deja de funcionar aunque su mundo interno esté dando vueltas, y la exigencia hacia ellos es la que se pide a un adulto. Por eso puede darse un desfase entre lo que se espera de ellos y lo que realmente pueden dar de sí mismos, generando un conflicto difícil de manejar tanto para los padres como para el propio chico/a.

 

La pregunta sobre el "quién soy yo" está presente en esta etapa con más fuerza que nunca. Tiene como referencia a las figuras paternas de quienes necesita y depende, pero reclama su autonomía y el respeto hacia sus propias formas -de hablar, de vestir, de relacionarse, de pensar, de sentir...etc- y es en este punto donde se produce el enfrentamiento con los padres. Surgen emociones como la agresividad, la rabia, la necesidad de reafirmarse, la tristeza...etc. 

 

La imagen corporal se manifiesta -generalmente más en chicas que en chicos- como una gran preocupación. Los cambios físicos son evidentes -el pecho, las caderas, la forma de la cara, el acné, la voz, el desarrollo sexual...-y no pasan desapercibidos para ellos ni para las personas que les rodean. Pueden surgir problemas con la imagen que se pueden manifestar como una dificultad para asumir el cambio corporal, una preocupación sobre las relaciones con los compañeros, con personas de otro sexo, dificultades con la comida...etc.

 

La adolescencia es el puente entre la infancia y la juventud, un proceso de madurez y de rebeldía donde los hijos "escapan" de los padres sin tener muy claro hacia dónde dirigirse. La experimentación en las relaciones, en ocasiones con las drogas -ya sea tabaco y alcohol, más sociales, u otro tipo de drogas-  la importancia de lo no dicho y de lo prohibido, la necesidad de imponer sus propias normas, de crear un espacio propio...son cuestiones que pueden tratarse en una terapia con el fin de que la persona pueda encontrarse a sí misma -aunque sólo sea parcialmente- para entrar en el mundo adulto sin ese sufrimiento que les puede estar resultando tan excesivo como el resto de sus emociones y de los cambios que están experimentando.

 

Una psicoterapia puede ser utilidad en:

-consumo de drogas

-dificultades en la sexualidad

-dudas sobre la identidad

-desmotivación y apatía

-depresión, ansiedad, obsesión

-embarazos no deseados en adolescencia

-conductas desafiantes, impulsivas, agresivas, oposicionistas

-conductas antisociales

-problemas con la imagen física y la comida

-dificultades en relaciones interpersonales y sociales

-otras...

 

 

 

Adolescentes

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